jueves, 21 de octubre de 2010

Una tarde

Y tú ahí tan apolillada de recuerdo inservibles, malos ratos intocables y un corazón molido..
la chaqueta cubría tus rodillas, tu mirada estaba nublada y sentada en el piso con una taza de café con aroma a canela..

+Afuera el viento corría a pasos de gigante, la lluvia azotaba la ventanilla y todo era tan gris, nuestra vida era gris llena de vacíos por culpa de nosotros mismos, todo es causa y efecto, cada uno da lo que recibe, es todo tan simple como tus labios rojos y los mios en un compás de lecho.

Corrí por el vestíbulo, mi corazón latía tan fuerte que se escuchaba hasta en una concha de mar, deje caer mis rodillas en el cemento y lloré, lloré tan fuerte que el cielo se abrió y soltó lluvia ácida con gases tóxicos.

Moría de asfixia, pero una parte de mi comenso a pensar, me arrastre un par de metros y cogí un lápiz y un trozo de papel mis manos hacían trazos y lineas por doquier al final era un hermoso corazón rojo que broto y lleno de colores la habitación.

Una lágrima corrió por mi mejilla y la vida volvió.. y mis ganas también.

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