lunes, 7 de mayo de 2012

invierno, crudo invierno.

Le pregunté a mamá si era necesario abrir las ventanas, sentía tanto frió como nunca antes, era mayo y el frió comenzaba hacer de las suyas mientras las ropas mas abrigadoras salían para ser usadas.

-Grité- mientras mis pulmones se llenaban de aire y la garganta se rompía de tanto aire y decepción, era yo nuevamente porque reconocía ese dolor tan hondo, olvidado por mi y por mi cuerpo, ¿Quien dijo que las heridas cicatizaban? estaban más vivas que nunca, como mis llagas en los dedos, como mis rodillas de tanto caer. Era colapsante sentir que el frió entraba tan bruscamente en mi mente amenazando hasta los recuerdos mas calurosos de verano, tanta pena y yo sin tu alegría, de tanto sopesar recordé que aun guardaba las rosas, los papeles escritos con pequeños te amo y un corazón gigante, las fotografías y miles de chucherías. y nuevamente Emilia, Agustin y Lorena no se encontraban aquí mis mejores amigos habian olvidado venir.

Cometí el error de vivir por ti, de morir por ti    -Tan sensible, tan rara, tan yo-


El frío abunda, y los abrazos faltan.


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